“¡Me ha crecido una pequeña bola en la boca!”
Podría ser que un día al pasar la lengua por el interior de tu boca, descubras una protuberancia cerca de los caninos o premolares inferiores, que además no duele: te ha salido un torus mandibular.
Se trata de un crecimiento óseo lento, por debajo de la lengua, que rara vez ocasiona síntomas y no representa ningún riesgo de enfermedad.
Entre 20 y 25% de la población adulta tiene algún torus. Las mujeres son más propensas a desarrollarlos.
Cuando el torus alcanza un tamaño considerable, suele ocasionar:
- Problemas en la fonación
- Ulceraciones por microtraumatismos
- Alteraciones estéticas
- Dificultades en la higiene
- Desajuste en prótesis removibles
Sólo en casos excepcionales se recurre a la extirpación del torus. El procedimiento quirúrgico es sencillo.
Mientras tanto, podríamos aplicar el conocido refrán médico: “molestia que no te molesta, mejor no la molestes”.