Caries infantil y la decodificación biológica
La relación entre nuestras emociones y los padecimientos físicos por los que atravesamos.
Según esta corriente terapéutica, la causa de cualquier síntoma o malestar físico -incluidos los problemas dentales-, radica en un conflicto vivido por la persona, con una fuerte carga de estrés (bioshock).
Los dientes desempeñan tres funciones simbólicas en el individuo: defensa, apropiación del bocado y uso de la palabra.
“Necesito defenderme para atrapar un bocado, sobrevivir y cuidar mi territorio”.
Más que una porción de comida, un bocado puede representar aquello que nutre emocionalmente. En el niño equivale a un objeto, la permanencia en algún lugar o la presencia de sus progenitores, por ejemplo.
Cuando al niño se le fuerza a compartir un juguete con otro menor o se le priva sin justificación de una experiencia gratificante y siente que no ha logrado argumentar a su favor de manera convincente, el conflicto en su cerebro se traducirá de la siguiente manera: “soy incapaz de atrapar y defender un bocado”.
De esta manera, iniciará en él un proceso bacteriano que dará como resultado la perforación de un diente por caries. La infección aparecerá tiempo después de que el conflicto se haya resuelto.
Además de los tratamientos dentales, resulta importante aprender a comunicarnos con nuestros hijos pequeños de una manera clara y negociadora. Tal vez así podamos evitarles sufrimientos y dolores dentales.