Por qué nunca te deben extraer un colmillo
Los caninos o colmillos se encuentran entre los dientes más importantes en nuestra boca. Su corona afilada y longitud, que supera al resto de las piezas dentales, los hace irremplazables.
Son los únicos dientes encargados de desgarrar los alimentos. Gracias a su forma y posición, durante la masticación protegen al resto de la dentadura e incluso también a la articulación mandibular.
También se destacan por tener la raíces más largas, gruesas y fuertes de la boca, la cuales –en el caso de los colmillos superiores- sirven de apoyo al labio. Por ello, cuando alguien ha perdido estas piezas, la piel de su rostro por debajo de la nariz, se nota flácida.
Desde el punto de vista estético, estos dientes poseen la forma exacta para ocupar las “esquinas” de la arcada. Resultan así la transición entre incisivos – las piezas de la parte delantera de la boca- y los premolares –los dientes ubicados antes de las muelas-.
Por todo lo anterior, los colmillos deben extraerse en contadísimas ocasiones. Si algún odontólogo te propone quitártelos como parte de algún tratamiento, por favor, busca una segunda opinión.