La prótesis dental de Goodyear
El nombre de Charles Goodyear se encuentra ligado al desarrollo de una de las industrias más influyentes en el progreso del mundo contemporáneo, la del caucho o hule.
Fue este inventor norteamericano, nacido en 1800, quien descubrió el proceso de vulcanizado, el cual evita que esta materia prima –extraída de ciertas especies de árboles- se deforme con el calor o se quiebre a bajas temperaturas.
Como sabemos, el caucho se utiliza en la fabricación de llantas e infinidad de productos. En un tiempo también sirvió a la odontología. Vayamos a la historia.
Al parecer, el dentista de Napoleón III, de nombre Thomas E. Evans, fue el primero en vislumbrar la posibilidad de utilizar el caucho vulcanizado –vulcanita- como base para las prótesis dentales, a las que se les montaban dientes de porcelana.
En 1855, Goodyear, de visita en París, conoció al dentista del emperador. Éste le expuso la idea aprovechar la vulcanita en odontología. El inventor entonces se dio a la tarea de construir las primeras prótesis dentales de este material.
Los dentistas pronto notaron las ventajas de la vulcanita sobre el oro, la plata y el marfil, empleados en las dentaduras postizas. Además, resultaba un excelente material al momento de producir moldes y, por lo mismo, su retención en la boca era mejor.
El caucho vulcanizado bajaría de manera drástica el precio de las prótesis, haciéndolas un buen negocio para los dentistas y también accesibles a mayor número de personas. Una libra de vulcanita costaba 4 dólares y servía para fabricar 10 dentaduras que se vendían a 15 dólares cada una. En total se generaban 150 dólares; 37 veces el valor de la materia prima.
La vulcanita no se emplea ya en las prótesis dentales, pero su impacto en el desarrollo de la odontología es innegable.
Por cierto, Charles Goodyear, debido a problemas legales, no se benefició económicamente de este invento.